Noticias sobre educación en The Luxonomist

Internet ha modificado muchos de nuestros hábitos de vida, haciéndonos vencer incluso algunas inercias que parecía impensable cambiar. Sin ir más lejos, hace muy pocos años aún nos daba reparo introducir los números de nuestra tarjeta de crédito a través de una web. Hoy en día cuesta encontrar a alguien que nunca haya comprado nada online (o que no le haya pedido a otra persona que lo hiciera en su lugar). Puede que el mundo cibernético nos genere aún un poco de inseguridad, pero son tantas las facilidades que nos proporciona que tampoco parece constarnos mucho superar todos nuestros miedos y nuestras barreras al respecto. Las aplicaciones de citas cada vez se usan más Y en la era del avance tecnológico, el amor también es vanguardia; no podía ser de otra manera. Se acerca San Valentín, que lleva aparejado el primer gran pico de consumo de la temporada para el sector del retail, con invitaciones constantes a que todos tengamos ese detalle para celebrar el amor con nuestra pareja. Pero hace ya tiempo que la industria del amor no solo entiende de joyas, bombones, corazones y osos de peluche. La industria del amor contempla la búsqueda del amor. Son muchas las personas que aún le tienen respeto a eso de las citas 'a ciegas' y que desconfían de internet como herramienta fiable para encontrar pareja. Sin embargo, son cada vez más y más las parejas que confiesan, sin ningún tipo de tapujo, haberse conocido a través de las redes. Porque, por otro lado, ¡tampoco nos echemos las manos a la cabeza! Citas a ciegas y celestinas han existido siempre. Lo que ocurre es que ahora son más sofisticadas e incluyen cosas como análisis de compatibilidades o localizaciones GPS. Adoptauntio.es, una de las apps más famosas en las que las mujeres 'mandan' Los tiempos cambian, y no tendría sentido derrochar todo el progreso que podemos poner a nuestro servicio. No es que ya no queramos seducir y ser seducidos, no es que ya no nos guste conquistar y ser conquistados, lo que ocurre es que internet nos sirve en bandeja de plata a personas que buscan lo mismo que nosotros buscamos; personas que puede que de otro modo jamás hubiésemos conocido. No hay nada que temer: internet y todo su abanico de aplicaciones tan solo vienen a multiplicar las posibilidades, a multiplicar exponencialmente el universo de potenciales candidatos a relación de pareja, o a lo que sea que busquemos. Una vez se han dado los primeros pasos, la tradición se impone. Después nos corresponde a nosotros hacer el trabajo, el de siempre, ese sin el cual no habrá una siguiente cita. En el amor, lo tradicional subyace a lo tecnológico porque, al fin y al cabo, lo que la mayoría de las personas ansiamos es precisamente eso, una relación sana, una relación de esas que entendemos por 'normal y corriente'. Internet es una forma más de conocer gente con la que tener cosas en común Abusar de redes sociales y plataformas de chats para relacionarnos con el mundo no es positivo. Creo que en este punto no hay discusión. Cuando esta vía limita otras formas de contacto social más directas, a la larga, promueve la evitación de nuestros temores e inseguridades, nos impide la práctica de muchas de las habilidades necesarias para la relación social, nos lleva a prescindir de aspectos útiles de la comunicación no verbal (esos a través de los cuales se genera, por ejemplo, la empatía) y nos esconde huidizos tras un avatar que, como tal, ni siquiera por qué ser real. Pero cuando hablamos de buscar pareja por internet, no hablamos de esto. Hablamos de utilizar las herramientas digitales a modo de complemento o de apoyo para agilizar esos primeros pasos que no son nada más que el punto de partida para todo lo demás: para ese proceso de interacción, de cortejo, de conocimiento mutuo, de construcción de la intimidad… Para todo eso que ya no nos es posible hacer a través de una pantalla. Por todo ello, detractores de la búsqueda de pareja por internet (que conozco uno cuantos), ¡no tenéis razón! Y os lo dice alguien que encontró a su pareja de la forma más aburrida (a través de amigos del mismo colegio) pero que ha visto a su alrededor (e incluso en su consulta) muchas historias de éxito que un día comenzaron en las redes. Los días que preceden al 14 de febrero se disparan las consultas en webs de match making En el contexto cibernético de la búsqueda de pareja, el mes de febrero está señalado en el calendario. Probablemente por la razón más sencilla de todas: porque a nuestro alrededor la gente habla de pareja, y eso hace que el que más la echa de menos se ponga también a darle vueltas a la cabeza y actúe en consecuencia. Junto con los primeros días del año -producto del fervor con el que nos dedicamos a la consecución de nuestros propósitos de Año Nuevo–, los días que anteceden y suceden al 14 de febrero son también los días del año en el que las páginas de contactos registran su mayor nivel de actividad. El amor está en el aire... ¡pero también en internet! Esta misma semana, una de las más prolíferas colaboradoras de The Luxonomist, Nuria Hernández, nos sorprendía con una interesantísima entrevista a un personaje hasta ahora casi desconocido: Inga Verbeek, la mujer que ha hecho de la búsqueda de pareja un negocio de lujo. La misma que ha conseguido que famosos y destacados personajes de todo el mundo lleguen a gastar hasta 50.000 euros para encontrar al amor de su vida. A través de estrategias similares a las que muchos head hunters utilizan para encontrar al ejecutivo ideal para un determinado puesto, su agencia, Ivy International, coteja los datos de sus clientes (que no han pagado nunca menos de 15.000 euros) y les propone a su 'pareja perfecta'. Al parecer, por mucho que cueste creerlo, las celebrities tienen más dificultades que cualquier otro ciudadano de a pie para encontrar a su media naranja. Tampoco nos pasemos de perfeccionistas, pues toda pareja, para ser pareja, tiene que ser desidealizada en alguna medida. eDarling es una de las plataformas más utilizadas para encontrar pareja Para todo el que no esté dispuesto a invertir una desorbitada cantidad de dinero para encontrar a un compañero de vida adecuado, hay herramientas para todos los gustos: desde la más metódica eDarling (una de las primeras en presumir de un refinado método de matchmaking) hasta la más salvaje Grindr (en la que su público homosexual coincide en reconocer que la mayor parte de las veces solo busca sexo, y que la pareja, si eso, viene después), pasando por la frescura de las redes del tipo Groopify o Adoptauntio.es en las que, aunque no encuentres pareja, parece fácil que te lleves al menos un amigo. Está claro que los tiempos han cambiado y el mundo del amor tampoco podía quedarse a la zaga.

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