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Las expectativas estaban altas. Kanye West presume de ser uno de los artistas más influyentes del mundo, casi tan visionario como Henry Ford, Walt Disney o Steve Jobs. Estas son sus palabras, no las mías. Y lo cierto es que además de los millones de discos vendidos, sus incursiones en el mundo del diseño habían contado con el favor de los críticos y los compradores estos últimos años. Modelos vestidas con mallas nude... y algunas en el suelo desmayadas por el calor Su colección para Adidas había dejado grandes momentos en temporadas anteriores, como el macro espectáculo de 2015 en el Madison Square Garden que conquistó la Semana de la Moda de Nueva York, con el clan Kardashian como protagonista (Kanye está casado con la ultrafamosa Kim Kardashian). Pero este año la cosa ha sido muy diferente. Una colección decepcionante y poco arriesgada El de Kanye West era el primer desfile programado en septiembre, dentro del calendario de la prestigiosa cita neoyorkina de la moda, un día antes de la inauguración oficial. La ubicación de la presentación de Yeezy Season 4 se mantuvo en secreto hasta poco antes del evento: la isla Roosevelt, en el East River, con el perfil de los rascacielos de Manhattan de fondo, en el mismo parque en el que Hillary Clinton lanzó oficialmente su campaña electoral el año pasado. Blanco, negro y nude. Los tres colores de Yeezy Season 4 El escenario era perfecto, pero el desfile no estuvo a la altura. Primero comenzó con más de dos horas de retraso, con los invitados encerrados en los autobuses que les llevaban a la isla sin saber muy bien qué estaba pasando. Cuando por fin arrancó la retransmisión online y prensa y críticos accedieron al recinto, se encontraron una estampa artística, sí, pero peligrosa. Bajo el calor asfixiante de la tarde neoyorkina aguantaban en pie sobre el cesped las modelos multirraciales, vestidas con la colección del rapero: conjuntos monocolor blanco, nude y negro de licra, algodón, neopreno, punto o PVC, botas de plástico emblema de la colección y abrigos oversize, chaquetas de camuflaje, sudaderas con capucha, leotardos y monos deportivos. La sudadera con capucha, prenda estrella de la colección Algunas modelos empezaron entonces a caer de rodillas, sin que el público supiera si era parte de la puesta en escena o fruto del calor sofocante. Otras tantas se desmayaron. Las críticas empezaron a llover en Twitter. La editora de The Cut, allí presente, fue implacable. “Una modelo se acaba de desmayar bajo el calor y le ha dado agua un hombre en el público, pero nadie del equipo ayuda”, escribió en directo. Algunas modelos perdieron el equilibrio sobre la pasarela. Haz clic para verlo “Esto es vergonzoso y horrible y me arrepiento de haber venido #YeezySeason4”. Muchos editores de moda decidieron en aquel punto abandonar el recinto. Y en las redes ya eran virales los vídeos de las modelos caminando doloridas, por la incomodidad de la línea de calzado o quitándose los zapatos en pleno desfile, porque no podían dar ni un paso más. Era la puntilla. Los tacones se rompían y no aguantaron ni el desfile. Haz clic para verlo / Reparto de botellas de agua entre las modelos, que aguantaron horas a pleno sol Las críticas de los grandes medios han sido turbulentas. No solo por el caos de la organización, sino por la propia colección, con prendas que van desde los 600$, unos zapatos a 1.000$... “No es que fuera terrible. Es que no fue lo suficiente original o arriesgado para ser terrible. Fue sencillamente aburrido. Ni siquiera ambicioso o ecléctico o sorprendente. Bostezo”, describía así la colección Vanessa Friedman, directora de moda del New York Times. “Es seguro decir que el show -en el que participaron modelos desmayándose bajo el sol abrasador y música que sonaba a Dory de 'Buscando a Nemo' comunicándose con una ballena- no fue recibido tan bien como su último espectáculo”, escribía Carly Mattenbaum en el diario USA Today. Abrigos XXL, botas de plástico y estampados camuflaje “Yeezy Season 4 de Kanye West fue peor que malo. Fue aburrido”, era el titular del Washington Post del artículo firmado por Robin Givhan, crítico de moda del periódico. “Las modelos de pie bajo el calor empezaron a caer. Y tú te quedabas ahí preguntándote: ¿Por qué nadie de adidas, sponsor de esta extravaganza, las ayuda? ¿Dónde está la artista Vanessa Beecroft, que ha coreografiado este espectáculo? ¿Por qué no está West ayudando a estas mujeres? ¿Por qué no estoy yo intentando ayudarlas? ¿Somos todos cómplices de esto? ¿Y qué es exactamente esto?”, se pregunta en el artículo, que termina con un duro golpe. “Si estos vestidos tan caros solo pretenden ser ropa, entonces haría falta algo más que el resplandor de un famoso para darle valor. Es necesario. Sino, esto es un insulto a las masas. De verdad que sí. ¿Un culto a la fama? La fama es fácil. La buena moda es difícil”. Kylie Jenner y Kim Kardashian no se perdieron el show vestidas de Mr West Las duras críticas eclipsaron el resto de la velada. Poco se habló del esfuerzo de West por confeccionar un desfile solo con modelos multirraciales, de las profesionales Teyana Taylor, Chanel Iman o Sofia Richie o de los nuevos posados de las Kardashian-Jenner con la nueva colección. Sólo quedaron las críticas. Pero el show debe continuar. Y así lo hizo implacable la Semana de la Moda de Nueva York.

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