Foto: Gtres.
El próximo 8 de julio Tamara Falcó e Íñigo Onieva se darán por fin el “sí quiero”. Esta semana se filtraba que la pareja había decidido posponer su boda, una noticia que alarmó en principio a todos, pero que tan solo se trató de un pequeño cambio de fecha.
Y es que la relación de Tamara e Íñigo ha sido en los últimos meses una montaña rusa, pues recordemos que tan solo un mes después de anunciar su reconciliación se han decidido a pasar por el altar.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva empezaron a salir en marzo de 2020, pero la pandemia y posterior confinamiento hizo que la relación no se hiciera pública hasta meses después. La pareja iniciaba así una historia de amor sólida que tras dos años y medio llegó a su punto álgido con la petición de matrimonio del empresario a la marquesa el pasado mes de octubre.
Sin embargo, tan solo dos días después de anunciar boda, la pareja rompía. El motivo, la filtración de unas imágenes en las que se probaba la infidelidad de Onieva el pasado verano en el festival Burning Man. Sin embargo, y aunque Tamara Falcó aseguró a la prensa que no volvería con Íñigo, ambos se han dado una segunda oportunidad.
El mismo 31 de diciembre, durante las campanadas, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se reconciliaban y gritaban su amor a los cuatro vientos. Lo hacían, además, recorriendo el mundo, pues se alejaban de las cámaras y comentarios con un exclusivo y caro viaje al Polo Norte. Después pusieron rumbo a Praga y finalmente volvieron a Madrid para anunciar su boda.
A golpe de portada en la revista Hola, Tamara Falcó e Íñigo Onieva anunciaban, de nuevo, que se casaban. Retomaban sus planes de boda iniciales, fecha, lugar de convite e invitados, aunque con una gran incógnita: la iglesia en la que se van a dar el “sí quiero”. Y es que la pareja ha preferido jugar al despiste sobre el lugar exacto en el que les veremos vestidos de novios.
Lo que sí es seguro es que la fiesta posterior se celebrará en El Rincón, la finca que la marquesa heredó de su padre, Carlos Falcó. Una finca que podría ser propiedad de Tamara por poco tiempo, pues la semana pasada se anunciaba que habría salido a la venta. Sin embargo, la propia Tamara lo desmentía poco después, aunque dejaba caer los numerosos gastos que conllevaba mantener el palacio.
Hoy Tamara Falcó se ha vuelto a montar en un avión para poner rumbo a un destino desconocido. La Se ha dejado ver en el aeropuerto, pero ha mantenido silencio con respecto al cambio de fecha de su boda que se celebrará, por fin, el próximo 8 de julio.
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