ENTREVISTAS

Karla Sofía Gascón: “Soy experta en renacer, pero necesito un ratito de disfrute”

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En su mejor momento profesional, ese que la iba a situar en el Olimpo de los elegidos, Karla Sofía Gascón recibe un zarpazo mediático que le hace vivir una montaña rusa de emociones que, por fortuna, ya son recuerdo. Su fortaleza de ánimo a lo largo de toda su vida, reflejada de una manera descarnada y sincera en su libro Lo que queda de mí, ha conformado la personalidad de una mujer que vive la vida de una manera extraordinaria.

El premio en Cannes 2024 como mejor actriz por Emilia Pérez y su nominación al Oscar, entre otros reconocimientos internacionales, la situaron en el foco de la popularidad. Con lo bueno y lo malo. Después del tsunami vivido, su vida hoy ha recobrado la calma porque, no en vano, es una experta en renacer. Aunque en sus propias palabras: “Es muy cansado y necesito un disfrute”. Nuestra charla De Cerca lo ha sido para mí…

The Luxonomist: ¿Te has descubierto más fuerte y poderosa de lo que habías imaginado?
Karla Sofía Gascón: Las comparaciones que hago de mi existencia con el cine de mi juventud son siempre muy acertadas. Me siento muy Obi-Wan, aunque en realidad soy una mezcla de Luke Skywalker con Han Solo y la princesa Leia en el cuerpo de Chewbacca… Soy todos los personajes de Star Wars en uno, lo que me da superpoderes.

“Vivo de manera extraordinaria en todo sentido”

TL: ¿“Lo que queda de mí” es una declaración de intenciones?
Karla Sofía Gascón: Lo que queda de mí es simplemente el título comercial que sugirió la editorial para la nueva reedición. En realidad, me gustaba más el que yo le puse cuando lo escribí: Karsia, una historia extraordinaria porque realmente lo es: vivo de manera extraordinaria en todo sentido.

TL: “Nadie puede hacer más daño que quien se ama”. ¿Has sufrido mucho por amor y has aprendido a protegerte del desamor?
Karla Sofía Gascón: He sufrido mucho y sigo sufriendo. No aprendo. Es difícil que me enamore, pero si lo hago, es irrefrenable, incontrolable.

TL: ¿Nuestra asignatura pendiente es querernos poco, querernos de verdad?
Karla Sofía Gascón: Nuestra asignatura pendiente es evolucionar hasta la extinción de nosotros mismos como seres humanos. Solo somos un paso más en la escala evolutiva. Quizá los primeros mamíferos jamás imaginaron que se convertirían, después de miles de años, en la tontería que somos ahora.

TL: ¿Cómo has conseguido vencer y ganar al miedo?
KSG: El miedo siempre está ahí, en mayor o menor medida. Creo que al final se trata solo de aceptarlo, de saber que está ahí y utilizarlo a nuestro favor. Las permutaciones y posibilidades de que ocurra algo que no sea de tu agrado son infinitas. Por mucho que intentes controlar todas las variantes, jamás lo vas a conseguir. Aceptar que no estamos seguros, resguardándonos en nosotros mismos, es el primer paso para avanzar.

“Todos los días de mi vida me he sentido utilizada”

Foto: Juan Martín para Malne

TL: “La verdad, aunque duela, también alivia” ¿Qué verdad fue más difícil de compartir?
KSG: La verdad que sabes que va a dañar a otra persona en el fondo de su alma.

TL: ¿A lo largo del camino has extrañado ser persona?
KSG: Hay una frase que siempre recuerdo de Superman: “Recuerda, no inmiscuirse en la vida de los seres humanos”. Desafortunadamente, es imposible no inmiscuirse en la vida de un ser humano cuando has elegido ser un ser humano para entender al ser humano.

TL: ¿Cuándo te sentiste amada de verdad, sin barreras, encontrando la perfecta alma gemela?
KSG: Nunca. Siempre hay algo en tu media naranja que sabe a limón.

TL: ¿No recuerdas un atisbo de felicidad en tu infancia?
KSG: Sí, el día que estaba mala y mi hermano mayor me trajo un rotulador ratón. Ha sido el regalo más bonito que recuerdo por siempre.

“Es difícil que me enamore, pero si lo hago, es incontrolable”

TL: ¿Sientes que tus padres te transmitieron siempre inseguridad?
KSG: Mis padres me transmitieron un sentido de la responsabilidad, sobre lo que otros pudieran pensar sobre mí, que era incierto. No tenemos ningún tipo de responsabilidad en lo que cualquier hijo de vecino tenga en su mente, ya sea bueno o malo. La única responsabilidad es sobre nuestra existencia en un mundo en el que no podemos vivir sin la existencia de otros, que se aprovechan de ello para esclavizarte en todo.

TL: ¿Has podido construir puentes y cambiar tu relación con ellos?
KSG: Mis padres solo hicieron lo que se suponía que tenían que hacer con arreglo a su lugar de nacimiento, su estatus social y el entorno al que pertenecieron. Los adoro y les agradezco cada cobijo y cuidado que he recibido. Echo mucho de menos las llamadas de mi madre para ver si he llegado bien, si voy abrigada o si he comido. Cuando lo pierdes, se hace muy duro tanto amor sin esperar nada a cambio.

TL: Recuerdas tu infancia y adolescencia como un agujero negro. ¿Cómo descubriste la luz?
KSG: Al final es un proceso. Hay quienes alcanzan la consciencia muy pronto (mi hija es un caso de infancia super aprovechada), otras personas a las que nos cuesta más o a las que jamás se les presenta. En mi caso, el estar encajonada en una habitación con una cama empotrada me sirvió para buscar, en lo profundo de mi existencia, nuevos horizontes.

“Es divertido vivir, aunque joda pasar por tantas calamidades”

Foto: Juan Martín para Malne

TL: Tras treinta años de carrera llega Emilia Pérez y del cero al infinito. ¿Fue tu punto de inflexión a todos los niveles?
KSG: Sí, rotundamente.

TL: Ganas premio en Cannes y la coletilla “la primera actriz trans en lograrlo”. ¿Hasta que desaparezcan esas matizaciones no conseguiremos la normalidad?
KSG: Hasta que desaparezca la estupidez humana. Si analizas fríamente cualquier cosa, por importante que te parezca, es una estupidez como la copa de un pino. TODO es irrelevante para el todo. Lo que pasa es que le damos mucha importancia porque nos sentimos TODOS el ombligo del mundo y la última coca del desierto.

TL: ¿La nominación al Oscar y lo que vino después te hizo probar el sabor agridulce o eres de vaso medio lleno?
KSG: En esta vida todo lo bueno tiene su balanza con algo malo y viceversa. Cuando intentas descompensar la balanza, la vida te pone una piedra para que no vayas de lista. Y tú tienes que recoger lo bueno del aprendizaje para poder compensar de nuevo la balanza.

“Me ilusiona imaginar que soy una mujer libre, pero es mentira”

TL: ¿Has conseguido convertirte en una experta en renacer?
KSG: Efectivamente, pero es muy cansado. Necesito un ratito de disfrute.

TL: “Me he sentido muy fuera de todo, muy extraña y muy diferente”. ¿Eso ya forma parte del olvido?
KSG: No. Sigo estando fuera de todo y muy diferente… cada día más. Soy una caja de sorpresas, parece mentira que nadie lo haya notado.

TL: ¿Has conseguido hacerte inmune al rencor?
KSG: Pareciera, pero me las van a pagar todas juntas.

TL: ¿El secreto para hacer frente al temor al rechazo?
KSG: Cuando no aguantas a nadie, no hace falta preocuparse por el miedo al rechazo. Se convierte en todo lo contrario: una liberación. Gracias.

TL: ¿En algún momento te has sentido utilizada?
KSG: Todos los días de mi vida.

“Mientras haya estupidez, no conseguiremos la normalidad en el mundo trans”

TL: ¿Cómo es la Karla Sofía Gascón a la que la gente no tiene acceso?
KSG: Si no tienen acceso, por mucho que lo diga, va a dar lo mismo. Pero te diré algo que he descubierto después de viajar, ver y viajar toda una vida: soy la más normal de todos.

TL: ¿Sientes ya que eres una mujer libre?
KSG: Me hace ilusión imaginarlo, pero es mentira. Todos dependemos de los demás.

TL: “Estoy viva de milagro” ¿Ha merecido la pena no sucumbir a los pensamientos de renunciar a la vida?
KSG: Pues sí. Es divertido vivir, aunque joda pasar por tantas calamidades a lo largo de la existencia. No tenemos otra cosa.

TL: “La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito” (Truman Capote). ¿Estás en el proceso de escribirlo bien?
KSG: Tengo una imaginación desbordante, me sorprendo a mí misma. Alguien me escribió el otro día que las personas con altas capacidades siempre salen victoriosas de cualquier situación. Yo, que soy medio imbécil, estoy emperrujada en hacer un tercer acto tipo Conde de Montecristo.

Ya he pasado virtualmente hasta por la cárcel en un videoclip… Voy a encontrar mi tesoro y luego, solo se trata de ver cómo me va a ir… Iba a escribir algo de peluches y comida, pero mejor que lo vean los escépticos. El tercer acto es en el que más giros da la trama. A mí, que me encantan las películas de Mr. Night Shyamalan y las vueltas al guion, es el que más me apasiona.

Amalia Enríquez

De Pontevedra al mundo. Periodista donde me dejan y llaman. CEO and Founder #RedCarpetFilms redcarpetfilms.es Miembro de la AICE, Premios Feroz, Academia de Cine y Academia de TV.

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