Como en muchas casas, y salvando las distancias, los miembros de la Familia Real Británica también gozan de apodos cariñosos que usan solo entre ellos, procurando que no se descubran para evitar chistes y chascarrillos, especialmente en los tabloides tan propensos a ello. Toda precaución es poca, pero aún así se han conocido casi todos los apodos de los royals británicos.
Sabemos, por ejemplo, que a la reina Isabel II se la conoce desde que era pequeña como ‘Lilibet‘, aunque cuando se casó con Felipe de Edimburgo, éste la llamaba ‘con petit chou’ (pequeño repollo). Asimismo, el príncipe Harry desde Afganistan le mandaba mensajes como ‘Bessie’ y a él se los remitían como ‘Spike’, ya que ‘Spike Wells’ era su contraseña en las redes sociales.
Isabel II llamaba (no sabemos si aún lo hace) ‘Sausage‘ (salchicha) a su real consorte, y en vida de la princesa Margarita ésta solía llamarla también ‘Cabbage‘ (repollo). Cuando la reina cumplió 92 años, su hijo Charles se refirió a ella, en público y por primera vez, como ‘Mummy‘, que en principio es como suelen llamarla sus hijos e incluso las esposas de sus nietos, Kate Middleton y Meghan Markle.
En cuanto a su bisnieto, el príncipe George, la llama ‘Gan Gan‘, que deducimos viene de ‘Granny’ (abuelita). Al parecer, tiene problemas con la pronunciación al igual que su padre, que de pequeño la llamaba ‘Gary’ también derivado del mismo nombre.
Quedándonos en la misma familia, la princesa Diana llamaba a su hijo William ‘Womat‘; y a Kate Middleton la conocen en casa como ‘Squeak‘. El príncipe Carlos “bautizó” a Meghan como ‘Tungsteno‘ por su naturaleza y carácter fuerte, aunque también se la conoce como ‘Hazza‘.
Y lo último que se ha sabido, por casualidad, es cómo conocen al pequeño príncipe George en palacio. Según parece le llaman ‘Archie‘, diminutivo de Archibald, nada más lejos de su propio nombre. Según cuentan en The Sun, la otra mañana una señora anónima paseaba su perro y encontró fortuitamente a la consuegra real, Carole Middleton, acompañada de dos de sus nietos, la princesa Charlotte y el príncipe George.
Un policía de seguridad le pidió que no hiciera fotos y así lo hizo la buena mujer que, cuando el niño se acercó a acariciar al perro no pudo evitar preguntarle cómo se llamaba: “Me llaman Archie”, respondió tímidamente pero sonriendo.
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