Buckingham responde a los informes que probarían sus prácticas racistas

El príncipe Harry y Meghan Markle pusieron en duda hace unos meses, con sus comentarios sobre racismo, la política racial que se vivía en Buckingham. Lo hicieron en la histórica entrevista concedida a Oprah Winfrey, donde afirmaron que miembros de su propia familia habían mostrado su preocupación por el color de la piel del pequeño Archie. El Palacio de Buckingham emitió días después un comunicado. En el mismo aseguraba que las acusaciones de racismo en la institución serían investigadas. Al tiempo que el propio príncipe William declaraba que su familia no es racista.

Con estos mimbres no es de extrañar que se estén removiendo los cajones en palacio en busca de cualquier indicio. Algo que sin embargo no estaría dando sus frutos. Sin embargo, en otras dependencias oficiales británicas sí están apareciendo documentos que podrían comprometer a la institución.

Las actuaciones que probarían el racismo en Buckingham

The Guardian mismo ha publicado esta semana una serie de evidencias encontradas en unos documentos de los archivos nacionales del Reino Unido. Vendrían a corroborar que a finales de la década de 1960 los empleados reales impedían la contratación de inmigrantes de minorías étnicas y de extranjeros. Sobre todo para puestos administrativos en el Palacio de Buckingham. El director financiero de la Reina por aquel entonces habría dicho a los funcionarios que podrían ser contratados para el servicio doméstico de palacio, pero no para puestos de oficina.

En un comunicado enviado por Buckingham a varios medios sostienen que este tipo de acontecimientos, sucedidos hace más de 50 años, no deberían usarse para llegar a conclusiones relacionadas con el racismo. Hablamos además afirmaciones basadas en relatos de terceras personas y no tendrían nada que ver con acontecimientos o decisiones actuales.