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El príncipe Andrés llevaría unos 20 años sin pagar el alquiler de la mansión que habita en el entorno real de Windsor. Según revela el The Times, el hermano de Carlos III no estaría abonando pago mensual alguno sobre Royal Lodge, la casa en la que reside junto a su ex-esposa, Sarah Ferguson.
Los datos hechos públicos reflejan que Andrés pagó un millón de libras al inicio del arrendamiento en 2003 y que posteriormente ha abonado unos siete millones y medio de libras en reformas.
Se estima que el alquiler anual de la propiedad rondaría las 260.000 libras al año. Pero según parece, el príncipe Andrés esgrime que ya habría abonado por adelantado los alquileres, a descontar por el dinero que ha invertido en poner en condiciones la propiedad. El contrato del príncipe Andrés expiraría en 2078.
Aunque no es un tema vital en la vida pública británica, este asunto ha incrementado las dudas que desde hace tiempo se ciernen sobre la necesidad de que Andrés resida en una mansión de 30 habitaciones con un mantenimiento muy costoso.
Como ya contamos con anterioridad, Carlos III ofreció a la pareja abandonar la residencia alegando diversos motivos. El principal es económico. El mantenimiento de la residencia es muy costoso y el príncipe Andrés no puede hacerse cargo de las reparaciones que necesita, ya que su asignación anual ronda las 250.000 libras.
La realidad es que Carlos III tiene pocas posibilidades legales de forzar la salida de su hermano del palacete. Andrés firmó en 2004 un contrato de arrendamiento a largo plazo con Isabel II y ha hecho frente a las reformas en la casa.
A todo esto se suma un nuevo componente emocional. Y es que el príncipe Andrés estaría utilizando a los dos corgis de la difunta reina Isabel II como amenaza para evitar su desalojo. Según ha revelado el medio australiano Woman’s Day el príncipe Andrés habría dicho a su hermano que se llevará a los perritos, Muick y Sandy, si lo echan.
A todo ello sumamos que este mismo martes sale a la venta el libro autobiográfico de Virginia Giuffre, la mujer que demandó al príncipe Andrés por abusos sexuales cuando era menor. Un documento en el que Giuffre, que se suicidó el pasado abril, relata los trágicos sucesos que marcaron su vida. Entre ellos, que su padre abusó sexualmente de ella. Y que eso la convirtió en una persona débil y fácil de atraer para un depredador sexual como Jeffrey Epstein.
Giuffre afirma que mientras estuvo en el entorno de Epstein la obligaron a realizar prácticas sadomasoquistas y que durante años la prestaron a muchísimas personas ricas y poderosas. “Me usaban y humillaban constantemente. En algunos casos me estrangulaban, me golpeaban y me ensangrentaban. Creía que podría morir como esclava sexual”, afirma en el libro.
Virginia Giuffre asegura que conoció al príncipe Andrés en 2001, que sabía que ella tenía entonces 17 años y él 41 años. Epstein le pagaría posteriormente a la joven 15.000 dólares por la primera noche con el príncipe. Andrés llegó a un pacto extrajudicial en febrero de 2022 con Giuffre para evitar el juicio por abuso sexual.
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