(Foto: Pixels)
Hace mucho tiempo que una gran amiga, dermatóloga, me explicó dos cosas que casi nadie sabe de los cosméticos. En primer lugar, tienen fecha de caducidad; y en segundo lugar, hay que cambiar de cremas cada cierto tiempo. El motivo es que la piel también se adapta a los ingredientes de los cosméticos y pierden efectividad. Es más, conviene cambiar de marcas y fórmulas, dependiendo de la edad, cada tres o cinco años, teniendo en cuenta la parte del rostro que se quiera tratar.
Y aquí estoy, media vida buscando nuevos cosméticos con los que trabajar mi piel. Por cierto, la misma operación que con los maquillajes. Y todo sin arruinarnos y sin perder la elasticidad. Potenciando las propiedades de la piel y, además, buscando nuevas cremas que sean sostenibles. En la medida de lo posible, que utilicen ingredientes absolutamente naturales. De hecho, hace mucho tiempo que no utilizo cosméticos que no sean de origen natural.
Y con este ánimo, el de no arruinarnos y cuidar nuestra piel, os presento mi rutina de cuidado facial y unas adquisiciones de The Essentials Cosmetics, Decorté Cosmetics y Cantabria Labs que me han sorprendido gratamente:
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