Pierre Marcolini lleva casi un cuarto de siglo enamorando con sus creaciones a los paladares más exquisitos. Y lo hace buscando la excelencia con el chocolate más selecto como materia prima. Marcolini cumplía 55 años el pasado mes de julio y tras el verano ha decidido tomar algunas decisiones importantes sobre un negocio que comenzó a andar allá por 1995, cuando este chocolatero belga abrió su primera tienda.
El trabajo artesanal que impone a sus productos le llevaron con los años a seducir a grandes firmas de moda y lujo, que comenzaron a realizarle encargos puntuales siempre con el éxito como resultado. La casa de moda Yves Saint Laurent, el diseñador británico Tom Dixon o la propia Victoria Beckham han sido algunos de los que públicamente han declarado su pasión por este chocolatero.
Pierre Marcolini en la actualidad gestiona una firma multinacional que posee alrededor de 40 tiendas en distintas localizaciones de todo el mundo, entre ellas ciudades tan relevantes para el universo del lujo como París, Londres, Dubai, Shanghai o Tokio. En Japón sin ir más lejos tiene seis tiendas y es uno de los mercados más productivos para la firma belga. Pero según publica la prensa económica local, Marcolini se ha puesto en manos del banco de inversión Rothschild para gestionar una operación de venta.
La gran mayoría de su accionariado está en manos de Neo Investment Partners, que posee el 47 % del capital. El apoyo de esta firma fue fundamental para superar los peores años de la crisis y afianzar a expansión internacional de la firma. El resto de las acciones pertenecen al propio Marcolini y varios socios con los que ha compartido destino empresarial desde sus inicios.
En la esencia de los productos que desarrolla Marcolini está muy presente la sostenibilidad. Desde este mismo año, todos los chocolates que se venden en sus tiendas salen de cinco productores únicos en todo el mundo que se comprometen a cumplir y respetar tres criterios éticos para preservar el planeta y a sus habitantes: no se emplea mano de obra infantil en ninguna de las plantaciones, no se utiliza el glifosato como herbicida y ningún grano procede del cacaotero CCN51, un híbrido considerado como “hiper productivo”.
*Fotografía de portada: Instagram @victoriabeckham
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