Las falsificaciones de vinos y bebidas espirituosas cuestan a España 380 millones de euros
España es el país de la Unión Europea más afectado por las falsificaciones de este tipo de productos.
Las falsificaciones son un gran problema para la industria y suele vincularse a los productos de lujo y a la moda. Pero hay otro sector que se ve muy afectado por este tipo de fraude. Se trata de los vinos y las bebidas espirituosas. Lamentablemente, España está a la cabeza de la UE.
Así lo ha puesto de manifiesto la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo), al cifrar en 380 millones de euros las pérdidas económicas que generan este tipo de falsificaciones. Además, sitúa a nuestro país en segundo puesto, por detrás de Francia, en impacto de las falsificaciones en el empleo. Al año se pierden más de 1.100 puestos de trabajo.
Europa sufre un diluvio constante de falsificaciones desde hace años
Y es que, en toda la Unión, el sector de los vinos y bebidas espirituosas ha sido uno de los más afectados por las falsificaciones durante el período 2013-2017. Se estima que se perdieron 2.289 millones de euros en ventas y se destruyeron casi 5.700 puestos de trabajo. Esto genera una pérdida de impuestos de estos productos de 2.068 millones de euros.
La entidad de la Comisión Europea ha asegurado que “los productos falsificados suelen vincularse con artículos de lujo o el sector de la moda”. El informe Evaluación de las amenazas de los delitos contra la propiedad intelectual de 2022, ha puesto de manifiesto que “los alimentos fueron la segunda categoría de productos falsificados más incautada en las fronteras exteriores de la UE en 2020”.
La delincuencia organizada está detrás de este fraude
Además, las falsificaciones de bebidas, en especial, de bebidas alcohólicas, “continúa siendo un problema”. Entre otras cosas porque “los grupos de delincuencia organizada emplean métodos sofisticados para engañar a los consumidores”.
De hecho, “los falsificadores reutilizan botellas originales o imprimen etiquetas falsas para colocarlas en botellas vacías, lo que dificulta a los consumidores y a las autoridades la distinción entre productos legítimos y fraudulentos”.
Por ello, desde la Asociación para la Defensa de la Marca (Andema) recomiendan “comprar en sitios oficiales o de confianza, evitar webs con poca información o en otros idiomas y, por supuesto, desconfiar de las gangas. Si algo es demasiado barato para ser auténtico, probablemente así será”, ha subrayado su director general, Gerard Guiu.