PAREJA Y SEXO

¿A las mujeres nos gusta el porno?

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El sexo continúa siendo un negocio de lo más lucrativo. Desde la llegada de Internet, el acceso al contenido para adultos se ha transformado radicalmente, ofreciendo opciones para todos los gustos a través de sus canales de suscripción. En ellos es posible visualizar el sexo a demanda, desde el porno más duro hasta alternativas más ligeras. Sin embargo, llamemos a las cosas por su nombre: porno es porno y en su versión más tradicional, a las mujeres casi siempre nos echa para atrás. La buena noticia es que ahora existen opciones de porno más realistas y cercanas al placer femenino. Estimulantes, al alcance de todas, y sin testigos. ¿Te atreves a probarlas?

En Internet hay desde el erotismo hasta porno explícito

Las mujeres prefieren contenido con narrativa y conexión emocional (Foto: Freepik)

El ejemplo lo tenemos ahí, aunque no lo sepamos. Silvia, una mujer curiosa y abierta sexualmente que podría ser tu vecina, decide explorar el mundo del porno online para darle una sorpresa a su pareja. Además, sabe que ya no es necesario acudir a un Sex Shop: con unos clics, puede acceder a una amplia variedad de contenido desde la comodidad de su hogar.

Busca algo que no sea demasiado explícito ni que hiera su sensibilidad, confiando en que el porno pueda aportar nuevas ideas y chispa a su relación. Si, como Silvia, tú también has pensado en iniciarte en la visualización de este género, es importante que sepas que lo que encontrarás en Internet abarca desde el erotismo más sutil hasta el porno más explícito. Si buscas algo más ligero, plataformas de streaming ofrecen series y películas con alto contenido erótico que podrían adaptarse más a tus preferencias.

Diferentes tipos de porno

En el contenido erótico se muestra la expresión de satisfacción femenina (Foto: Freepik)

Tanto por contenido como por estética, existen diferentes temáticas y grados de contenido para adultos, cada uno con sus propias características:

Erótica

Se centra en aspectos más sensuales y de excitación sexual, relacionados con deseos y fantasías íntimas, sin enfocarse excesivamente en el acto sexual. En esta línea de porno, no hay primeros planos de la penetración, por ejemplo.

En su lugar, se muestra la expresión de satisfacción femenina, algún desnudo parcial y escenas insinuantes. Como resultado, todo es más sensual y sugerente que pornográfico.

Este tipo de contenido es perfecto para estimular la excitación, aumentando las ganas de sexo en las mujeres con poca apetencia carnal.  O, como se dice técnicamente en psicología, en aquellas que presentan “deseo sexual inhibido”. Algo, por otra parte, frecuente en edades próximas a la menopausia y en los matrimonios de larga duración.

El porno puede dar ideas que aporten seguridad en las relaciones sexuales (Foto: Freepik)

Softcore

Se refiere a un porno más ligero, similar al estilo de revistas como Playboy o Penthouse. Incluye imágenes explícitas de desnudos integrales y actos sexuales, pero sin entrar en tanto detalle. Es una mezcla entre erotismo y pornografía, destinada a un público que busca contenido sugerente sin ser demasiado radical.

A muchas mujeres también les excita este tipo de porno. Además de estimular su deseo, les puede dar ideas que les aporten seguridad y lleven a dar el paso a esas fantasías que tienen y que, hasta el momento, no se han atrevido a hacer realidad.

Si quiera sea a través de copiar la lencería o de replicar escenas, el softcore también puede ser otra opción femenina muy interesante.

Las diferentes opciones de Internet dan cabida a un porno más cercano al erotismo (Foto: Freepik)

Hardcore

Ofrece porno duro de verdad, mostrando las partes del cuerpo en toda su amplitud y movimiento. Estas producciones se centran en el acto sexual de forma gráfica, con primeros planos de la penetración, sexo oral y eyaculación.

Este tipo de contenido audiovisual suele estar destinado a ver cumplidas una serie de deseos muy explícitos. Lo que ocurre es que es un género dirigido habitualmente a cumplir las fantasías masculinas, a menudo haciendo uso de la violencia y el sometimiento.  Por ello, pueden contener temáticas porno fuertes que podrían herir la sensibilidad de algunas mujeres.

Ya no hace falta acudir al sex shop (Foto: Freepik)

¿Prejuicios de las mujeres contra el porno?

Si los tienes, no eres la única. Las feministas están que arden con el tema desde hace muchos años, y no sin cierta razón. Desgraciadamente, casi todo el género porno está concentrado en una percepción “falogocéntrica” del sexo.

Este es un concepto psicoanalítico, por el que el falo va mucho más allá de ser el órgano reproductivo del hombre para ser también un símbolo de privilegio.

En el plano sexual, este se refleja en una visión machista en la que la mujer resulta denigrada a un mero instrumento sexual al servicio del macho. Este, en ocasiones, hace uso de la violencia y la manifiesta en sometimientos o violaciones.  Junto a la pornografía ilegal, es otro de sus lados oscuros.

El debate feminista sobre el porno sigue activo entre la cosificación de la mujer versus el empoderamiento para disfrutar  (Foto: Freepik)

No confundir el porno con la realidad

Y si bien desde el feminismo se censura la industria pornográfica tradicional por cosificar a la mujer, también hay una línea feminista más actual y reivindicativa. Esta aboga por una pornografía ética y consensuada, donde se respete la autonomía y el placer femenino.

Este enfoque del porno busca recrear un contenido que empodere a las mujeres y refleje una sexualidad más realista y equitativa.

Decidir cuál de las dos opciones tiene más razón que la otra no es labor sencilla.  Tengamos en cuenta que la esencia del porno es, precisamente, el hacer realidad lo que uno no hace en casa, pero quizá desearía materializar.

Pero ojo: a nivel de fantasías, y sabiendo que estas son libres, por definición. Por tanto, lo más importante será no confundir el porno con la realidad que encuentra uno fuera de la pantalla, “montándose películas” (porno en este caso) en su cabeza y que afecten a la relación.

El cine erótico clásico sigue siendo una excelente opción para iniciarse en el género (Foto: Freepik)

¿Qué dicen los expertos?

Es un hecho que el consumo de porno en mujeres ha aumentado gracias a internet y a la normalización de la exploración sexual femenina. Sin embargo, los sexólogos coinciden en que las preferencias suelen diferir de las de los hombres. Mientras que ellos tienden a buscar contenido explícito y visualmente impactante, ellas prefieren narrativas que incluyan aspectos emocionales, románticos y de conexión entre los personajes.

Tanto sexólogos como psicólogos advierten, por otro lado, sobre los efectos negativos del consumo excesivo de pornografía, ya que puede distorsionar la percepción de las relaciones sexuales y generar expectativas poco realistas.

Esta observación es especialmente importante cuando se trata de adolescentes. Lamentablemente, estos tienen o han tenido hasta ahora un acceso muy fácil al porno de Internet, del que tratan de aprender para ponerlo en práctica, hecho que les puede hacer creer que el sexo es tal que así, como lo ven en la pantalla.

Las series erotizadas han encontrado su nicho en plataformas como Netflix (Foto: Freepik)

Así funcionan los canales de porno

En España, el contenido para adultos se consume principalmente online a través de webs como Pornhub Premium, Brazzers y NaughtyAmerica, que funcionan mediante suscripciones y ofrecen acceso a contenido exclusivo sin anuncios. Para utilizarlas, los usuarios deben registrarse, verificar su edad y elegir un plan de pago. Estas plataformas permiten la navegación por categorías y ofrecen contenido en streaming o con descargas, adaptándose a diferentes preferencias dentro del mundo del entretenimiento para adultos.

Las plataformas de contenido como Netflix, por su parte, son conscientes del interés del público femenino por la temática erotizada. Han lanzado diversas producciones que, sin ser pornográficas, exploran la sexualidad con escenas de alto voltaje. Destacan últimamente las series turcas como Ceniza, pero hay muchas más, como 365 días, Sex Life, Oscuro deseo o Pecado original.

Para quienes prefieren una aproximación más cinematográfica y artística, hay clásicos del cine erótico que nunca fallan, como Nueve semanas y media con Mickey Rourke y Kim Basinger, la icónica japonesa El imperio de los sentidos o Eyes Wide Shut, de Stanley Kubrik.

Patricia Peyró

Psicóloga de carrera especializada en divulgación. Escribo en distintos medios sobre psicología, gastronomía y life&stlyle. Dirijo el blog de tendencias www.madridmuychic.com.

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