Fotos: @gabrielle.chanel__ y @_schiap Instagram.
En las últimas alfombras rojas que se han celebrado hemos visto cómo los diseños de Chanel han convivido con las creaciones de Schiaparelli. Unas coincidencias que si bien ahora nos parecen de lo más normal, hace unos cuantos años no habrían sentado demasiado bien a sus creadoras. Y es que Gabrielle Chanel y Elsa Schiaparelli eran enemigas íntimas y protagonizaron varios altercados que pudieron acabar, incluso, en un asesinato.
Para conocer el origen de la enemistad entre Gabrielle Chanel y Elsa Schiaparelli hay que remontarse al París de mediados de los años 20. En aquel entonces Coco Chanel ya era una figura reconocida en la sociedad parisina, había lanzado su icónico perfume Chanel Nº5 y tenía su tienda de Rue Cambon.
Mientras, Elsa Schiaparelli acababa de llegar a la ciudad procedente de Nueva York, y había conseguido entablar amistad con grandes figuras como Man Ray, Marcel Duchamp, Salvador Dalí o Paul Poiret, enemigo íntimo de Gabrielle Chanel.
Este último ayudó a Elsa ha introducirse en el mundo de la moda, un sector que siempre le había apasionado, haciendo que Coco Chanel le cogiera manía, hasta el punto de referirse a ella en público como “la artista italiana”.
Lo cierto es que la fundadora de Chanel no se equivocó al vigilar de cerca a Elsa, pues poco tiempo después ésta empezó a despuntar gracias a diseños locos y surrealistas que llamaron la atención de la prensa. Hasta que en 1927 decidió crear su firma homónima.
Ya convertida en toda una diseñadora, Elsa Schiaparelli destacó con diseños tan controvertidos como su famosas falda dividida, que la llevó a convertirse en la primera diseñadora portada de la revista Time en 1934. También fue famoso su Skeleton Dress, que diseñó en colaboración con Salvador Dalí; o que Wallis Simpson la eligiera para anunciar su compromiso con el príncipe Eduardo.
El éxito de Schiaparelli dejó a Chanel en un segundo plano, haciendo que el odio de Gabrielle hacia Elsa creciera. Hasta que en 1939 ambas se enfrentaron cara a cara en una fiesta de disfraces.
Según contaron las escritoras Bettina Ballard y Meryle Secrest, Coco Chanel acudió a la fiesta disfrazada de sí misma, mientras que Elsa decidió vestirse de árbol. En un momento de la noche, Gabrielle se acercó a Elsa y, con una aparente amabilidad, la invitó a bailar.
Ésta aceptó con gusto, pero conforme se movían por el salón, Coco Chanel iba acercando a Elsa cada vez más a un candelabro con velas encendidas, hasta que el traje de la diseñadora italiana empezó a arder.
Todos los allí presentes empezaron a gritar hasta que, por suerte, un par de invitados consiguieron apagar el fuego tirando sus copas encima de Esla Schiaparelli, que acabó empapada y con su disfraz destrozado.
Sin embargo, la enemistad entre las diseñadoras no llegó a más, pues poco tiempo después estalló la Segunda Guerra Mundial. Elsa se marchó a Nueva York y Gabrielle se refugió en una suite del Ritz, en París, y ambas tuvieron cerrar temporalmente sus talleres.
Con la guerra ya terminada, en 1954, Gabrielle Chanel volvió al trabajo y presentó una recordada colección que le sirvió para reactivar su imperio y convertirse en un icono de la moda. Mientras que Elsa Schiaparelli ese mismo año decidía cerrar definitivamente su firma.
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