La pandemia que todo el planeta ha vivido, y en gran medida sigue padeciendo, ha cambiado multitud de aspectos de nuestro día a día. Los cambios son en todos los niveles y muy probablemente todo lo relacionado con el contacto social no vuelva a ser como antes. La forma de relacionarnos ha cambiado, y continúa cambiando.
Los países asiáticos son más tajantes a la hora de tomar medidas de aislamiento y de cara al futuro inmediato. Los cambios radicales empiezan a florecer. En Corea del Sur ha empezado a funcionar una cafetería sin camareros. Una cafetería donde se reduce al mínimo el contacto social y humano. El distanciamiento social comienza a ser un punto a tener en cuenta en determinados negocios. Son aspectos que ahora cuentan a la hora de elegir.
En un café de la ciudad de Dajeon, en Corea del Sur, hay una serie de robots dispuestos a revolucionar la restauración. Esta cafetería no necesita de ningún ser vivo en todo el proceso. Todo el sistema es capaz de funcionar de manera autónoma. Desde recoger el pedido del cliente, preparar sus peticiones y por supuesto llevarlo hasta la mesa correspondiente.
El robot barista o camarero es capaz de preparar más de sesenta combinaciones de bebidas, incluyendo todo tipo de cafés. El sistema incluye un robot con un brazo articulado capaz de servir las bebidas y otro que se desplaza por el local para llevar a cada mesa su correspondiente encargo.
En toda la cafetería únicamente trabaja un empleado. Su tarea se limita a limpiar y rellenar los ingredientes necesarios para que la maquinaria robótica siga funcionando. Los robots camareros se comunican entre sí y son capaces de encontrar siempre la mejor ruta para llegar lo antes posible a la mesa del cliente. Para ello tienen en cuenta variables como el número de aforo, la ubicación de la clientela u otros robots que deambulan por el establecimiento.
La empresa responsable mantiene que podrá abrir treinta locales con características similares este año y que está trabajando con desarrolladores para aumentar la inteligencia artificial de estos peculiares camareros. El reto es servir bebidas personalizadas al cien por cien.
La distancia social y reducir el contacto humano es necesaria en estos tiempos que vivimos, pero a nivel laboral, de mano de obra humana, el debate es muy diferente. Como en cualquier innovación habrá que esperar a ver cómo se desarrollan estas nuevas ideas. Las ventajas e inconvenientes de estos robots camareros están por definir pero el avance parece imparable.
¿Elegiremos a qué lugar vamos a tomar café por el trato que nos ofrece un montón de circuitos y tuercas? Aún no lo sabemos, pero puede que la forma de pedir un café y que nos lo sirvan haya cambiado para siempre.
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