(Foto: Piaggio)
La tecnología llega a todo. Puede tardar más o menos pero llega. No importa el ámbito de la vida en el que pensemos, más pronto o más tarde a alguien se le encenderá una luz en la parte creativa de su cerebro e inventará el modo de añadir algún tipo de tecnología a cualquier cosa. Cualquiera. Hemos visto de todo y muchas de esas creaciones ya no nos llaman la atención e incluso conviven con nosotros con total normalidad.
Algo tan cotidiano como el carro de la compra no iba a ser menos. Añadir unas ruedas motorizadas para no cargar con el peso es una idea casi al alcance de cualquiera. Pero lo complicado es ir más allá. Un carro para transportar nuestras cosas siempre viene bien; pero hacerlo con eficacia, elegancia y funcionalidad no es tan sencillo. La marca que se ha decidido a dar este salto es una empresa que desde hace casi más de un siglo y medio sabe mucho sobre ruedas.
Piaggio es una empresa mundialmente famosa por la fabricación de motocicletas. Todos sus conocimientos han sido invertidos en una creación pensada para reinventar el futuro. Pero haciéndolo desde el presente. Su nombre es Gita y en muchos aspectos es un producto pionero en la industria de la robótica del consumidor.
Gita no deja de ser un robot pero con características únicas que lo hacen muy especial. Cuenta con diversas cámaras y sensores de movimiento que le otorgan la independencia necesaria para moverse de forma autónoma; y permanecer a nuestro lado mientras caminamos, casi como si se tratara de una mascota.
Acelera, frena, se desplaza e incluso pone su batería en reposo cuando nos detenemos unos minutos. Podemos cargar en su interior un peso de hasta dieciocho kilos.
En resumidas cuentas se trata de un carro de la compra del siglo XXI. Un elemento que nos acompaña para evitarnos coger peso y que puede recorrer largas distancias sin inmutarse. Hasta casi 20 kilómetros, o cuatro horas de autonomía. Es decir, que podemos ir al supermercado o pasear con su interior cargado sin problema.
Además su reducido tamaño nos evita problemas para que se mueva en interiores como pasillos o ascensores; y facilita su colocación en casa, en el coche o incluso si lo llevamos a trabajar.
Su peso vacío es muy reducido y no supone ningún problema levantarlo para meterlo en un maletero o bajar unas escaleras. Su batería se carga por USB y mientras rueda a nuestro lado puede servirnos como alimentación para conectar nuestro móvil.
Gita se puede comprar en dos tamaños distintos. El modelo más grande tiene un tamaño de 45 cm por 42 cm y 46 cm de alto. El Gita mini tiene menor tamaño pero mayor autonomía. Su precio es de 2.500 euros el modelo superior y en torno a 1.600 el pequeño.
Desde la aplicación móvil podemos controlarlo, bloquearlo para que no se pueda abrir o descargar nuevas versiones de software que mejoren sus prestaciones o autonomía. Muchos robots de nueva generación están pensados para acompañarnos y ayudarnos en diferentes tareas. Gita cumple con esa premisa pero de un modo sencillo y sin grandes alardes.
Es un invento práctico y efectivo, algo que puede conseguir que se incorpore a nuestra vida. Su facilidad de uso también es un gran punto a su favor. Simplemente rueda a nuestro lado y nos sirve de ayudante carga objetos. Adiós a las bolsas y los esfuerzos para siempre.
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