La obra de arte de Rolls-Royce que rinde tributo a los cerezos en flor

El ‘Hanami‘ es la tradición japonesa de ver los cerezos en flor. Familias y grupos de amigos se reúnen bajo las ramas de estos árboles para celebrar la llegada de la primavera y recordar su carácter efímero. Algo que sirve como recordatorio de la necesidad de apreciar el presente y abrazar la vida. Un concepto muy arraigado en su cultura y un símbolo que ha servido de inspiración para la última obra maestra de Roll-Royce, el ‘Phantom Cherry Blossom’.

Elaborado expresamente para un cliente japonés que deseaba recrear en su coche sus recuerdos del ‘Hanami’, su diseño fue concebido hace tres años. Entonces, los artesanos de Rolls-Royce se reunieron con el cliente en Japón para comprender plenamente su visión, dando como resultado una verdadera obra de arte.

El impresionante interior del Phantom Cherry Blossom

Lo más impresionante de este Phantom Cherry Blossom es su interior, donde un meticuloso bordado captura la sensación de estar sentado bajo un árbol en flor durante el Hanami, tal como lo imaginó el cliente. El tapizado del techo, hecho a medida, está adornado con una rama de cerezo bordada, salpicada de delicadas flores blancas.

Además, el bordado de pétalos que caen aparece en los paneles de las puertas traseras y en la división Privacy Suite entre los compartimentos de pasajeros delantero y trasero. Un trabajo que duró más de seis meses, de los que tres semanas se dedicaron a un bordado que supera las 250.000 puntadas.

Las ramas parecen entrelazarse, creciendo unas sobre otras. Y para lograr este efecto un artesano alineó meticulosamente 11 secciones del marco bordadas individualmente para crear un gráfico único y sin costuras. Una delicada obra que se eleva desde la parte trasera del automóvil y fluye hacia adelante sobre los pasajeros traseros.

El Rolls-Royce que emula el Hanami japonés

En una primicia de Rolls-Royce, el interior se completa con un bordado tridimensional de pétalos de cerezo. Estos detalles táctiles y esculturales adornan la división, creando un contraste sorprendente con la costura clásica de los pétalos de cerezo que caen en las puertas.

La creación de estos bordados tridimensionales requirió que los especialistas fueran pioneros en una nueva técnica, donde el hilo se superpone a sí mismo. Luego, cada pétalo se moldea y esculpe a mano en su forma final antes de coserlo en su lugar, colocándolo individualmente para complementar la iluminación interior y crear suaves efectos de sombras.

Por su parte, el exterior también presenta una sutil referencia a la temática. La carrocería de color Crystal sobre Blanco Ártico incorpora una distintiva línea pintada a mano. Ésta se estrecha elegantemente a mitad de la puerta trasera del pasajero y luce un delicado motivo de flor de cerezo. Un elegante anticipo de la obra maestra que alberga en su interior.