Foto: Freepik.
Cuando el aire se vuelve más fresco y las hojas empiezan a teñir el suelo de colores dorados, muchos jardines entran en pausa, pero nuestra terraza no tiene por qué seguir esa regla. El otoño puede ser una segunda primavera si se eligen las plantas y flores adecuadas
De hecho, aunque los días se acorten, existen plantas resistentes, vibrantes y llenas de encanto que siguen regalando flores y alegría hasta bien entrado noviembre. Aunque hay que tener algunas precauciones para evitar que el cambio de temperatura afecte a su crecimiento.
Lo ideal en estos casos es revisar el drenaje de nuestras macetas y jardines para evitar encharcamientos que pudren las raíces con el aumento de las lluvias. Además de colocar las plantas más frágiles junto a muros o estructuras para protegerlas del frío, y utilizar fertilizantes de liberación lenta para mantener la floración por más tiempo.
Si utilizamos macetas de cerámica en tonos tierra, para crear un espacio acogedor; agrupamos las plantas por gamas cromáticas y añadimos algunos objetos como faroles, textiles y elementos rústicos podemos conseguir que la terraza sea un lugar lleno de encanto pese a la llegada de los primeros fríos.
Sus pétalos delicados en tonos magenta, blanco o rojo, acompañados por unas hojas con forma de corazón, los hacen perfectos para alegrar rincones sombríos. Además, adoran la luz indirecta y los ambientes húmedos.
Son pequeñas pero poderosas ya que soportan el frío. Sus colores intensos crean composiciones espectaculares en jardineras, por lo que son imprescindibles en una terraza otoñal. Solo hay que vigilar el riego para no excederse.
Son las estrellas del otoño ya que son muy fáciles de cuidar y ofrecen una gran variedad cromática. Además, florecen generosamente y resisten a los fuertes cambios de temperatura que se producen en el otoño.
No son solo decorativas sino que también a lo largo de la historia han sido utilizadas por sus propiedades medicinales. Sus flores amarillas o naranjas aportan luz y energía a nuestra terraza.
Es una planta suculenta que brilla en esta estación, gracias a que sus flores rosadas y su resistencia la convierten en una joya minimalista.
Aunque a las elegantes dalias le gusta el calor y el sol, algunas variedades extienden su floración hasta los primeros fríos, regalando generosas flores que son capaces de dar vida y embellecer cualquier rincón.
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