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Si observas que tu hijo se rasca frecuentemente la cabeza, a veces incluso de manera incesante, o que tiene lesiones a modo de picaduras en la zona del cuello o la nuca, es hora de revisarle por si tiene piojos. Los piojos son unos parásitos que viven en el cuero cabelludo sobre todo de los niños y se alimentan de pequeñas cantidades de su sangre. Contrariamente a lo que uno cree, prefieren las cabezas limpias. Adheridos al pelo son capaces de mantenerse ahí durante largos períodos de tiempo y son fácilmente contagiables pasando de unas cabezas a otras mediante el contacto directo, ya que los piojos ni vuelan ni saltan. No son peligrosos para la salud pero sí muy molestos, provocando picor intenso y erupciones cutáneas por el rascado. Existen remedios caseros para terminar con los piojos Si miras y observas con detenimiento encontrarás unos pequeños insectos en el cuero cabelludo o bien unos puntitos blancos firmemente adheridos al pelo: sus huevos (las liendres). Colegios, campamentos zonas de juegos donde los niños ponen cabeza con cabeza son los lugares idóneos para que comience la epidemia… Gorros, peines o cepillos, gomas del pelo… son los utensilios preferidos por estos bichitos para diseminarse. El tratamiento debe ser enérgico una vez hayamos visto piojos vivos. Existen en el mercado lociones y champús basados en compuestos químicos (permetrina al 1%) que actúa como insecticida ó físicos (dimeticona) que asfixia al piojo. Muchas veces el tratamiento consiste en dejar actuar la loción durante horas para luego lavar con el champú y repetir ese tratamiento la siguiente semana para terminar con la infestación. Además del tratamiento es importante usar linderas para deshacerse de los piojos Si bien realizar el tratamiento es muy importante, más importante aún es retirar los piojos y liendres con peines de puas específicos (liendreras) de manera diaria los días siguientes al tratamiento. Dejar el pelo secarse al aire (sin secadores) y lavar toda la ropa que haya estado en contacto así como los utensilios (peines, cepillos, gorros) con agua muy caliente (60º) es fundamental para que el niño no se reinfecte ni infecte al resto de la familia. Existen tratamientos alternativos o coadyuvantes que pueden ayudar a que las liendres se desprendan mas fácilmente o a evitar que el niño vuelva a reinfectarse. El vinagre bien caliente en el aclarado, los aceites del árbol de té, otros aceites e incluso la mayonesa pueden ser opciones útiles en estos casos. Sin lugar a dudas, la prevención y como digo yo en mi blog entre otras “ir al cole con trenzas” puede ser una medida muy útil para evitar el contagio.

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