Ignacio Goitía: “El arte es memoria, actitud y una forma de estar en el mundo”

Hablamos con el artista Ignacio Goitía sobre el pasado, el presente y el futuro de su prometedora carrera. Un lujo de las Bellas Artes.

Antonio Camuñas. 10/09/2025
Foto: Cortesía de Ignacio Goitía

Conocer a Ignacio Goitía es lo más parecido a evocar el Grand Tour. Ese fenómeno histórico del siglo XVIII que servía de viaje iniciático por el continente de los jóvenes aristócratas europeos -especialmente británicos- como culminación de su educación, conociendo de primera mano las fuentes clásicas de la cultura occidental. Ignacio, que es bilbaíno de nacimiento, refleja todo ello en sus multifacéticas obras que pueden admirarse -y adquirirse- en sus tiendas de Bilbao y Madrid.

The Luxonomist: Empecemos por el principio. ¿Cómo fue tu infancia y qué papel jugó en tu vocación artística?
Ignacio Goitía: Crecí en una familia numerosa, con cuatro hermanos. Yo era el del medio, lo cual siempre da cierta perspectiva. Mi padre era ingeniero industrial y viajaba mucho en los años 70, así que en casa reinaba una cierta autonomía. Mi madre, muy entregada al hogar, estudió Magisterio más tarde, ya con nosotros algo mayores. Recuerdo especialmente los viajes familiares en coche cada verano a Roma, Florencia, París, etc. que me educaron en el gusto por el arte y la arquitectura de todas las épocas. Uno a Italia fue revelador. En Florencia me perdí con solo nueve años… y creo que me encontré. Aquella experiencia marcó el inicio de mi fascinación por el arte, la historia y la cultura.

TL: ¿Siempre tuviste claro que te dedicarías al arte?
IG: Sí, bastante pronto. Cuando por fin dejé atrás asignaturas como Física, Química o Matemáticas, sentí un alivio casi físico. Desde niño dibujaba y pintaba. No era el mejor, pero sí constante. El arte era, más que un talento deslumbrante, una pasión persistente. Y con el tiempo, una elección de vida.

TL: ¿Cómo influyó tu etapa escolar en tu forma de ver el mundo?
IG: Fue un entorno difícil. Era ‘el marica de la clase’ por lo que me enfrenté a bastante hostilidad en algunos momentos y eso me obligó a desarrollar una filosofía de respeto mutuo. Entendí que la actitud lo es casi todo. No puedes controlar el entorno, pero sí cómo te posicionas ante él.

“El arte ha sido para mí una pasión persistente”

TL: Tus viajes han sido clave en tu formación artística. ¿Qué lugares te marcaron especialmente?
IG: Italia, sin duda, pero también Viena, Londres, Munich o México. En México me impresionaron las dimensiones y la originalidad con la que se concibe el arte. Y París… París es una ciudad donde se respira historia y arte en cada rincón. Allí viví una etapa muy enriquecedora gracias a una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores gestionada a través de la Embajada española. Fue una experiencia total, vital y creativa.

TL: ¿Cuál fue tu primera exposición importante?
IG: En “La Fundición”, en Bilbao. Ahí di el salto profesional. Luego vinieron otras como Paris, Roma, Lisboa, Madrid, Monterrey o Miami. Esta última fue especial porque la escenografía cobró protagonismo como una nueva forma de presentar mi obra y empecé a entender que una exposición no es solo mostrar obras, sino construir una experiencia.

TL: ¿Cómo surgió la idea de transformar tu obra en una marca y abrir una tienda?
IG: Fue un poco de repente cuando durante la pandemia, al no poder ir al estudio, comencé a diseñar pañuelos inspirados en mis cuadros. Tras más de 35 años realizando numerosas exposiciones individuales por medio mundo, me apetecía ampliar la mirada y crear objetos artísticos para embellecer la vida cotidiana. Así fueron surgiendo, aparte de los pañuelos, las vajillas, bandejas, individuales, paragüeros, abanicos, etc. siempre cuidando la calidad y los acabados. Por eso elegí, por ejemplo, el lago de Como en Italia para confeccionar los fulares.

“Cuando dejé atrás asignaturas “clásicas” sentí un alivio casi físico”

ignacio goitia
Retrospectiva exposición Sala Rekalde

TL: Y ahora has abierto un espacio en Madrid, ¿no es así?
IG: Sí, en la antigua sede de la Asociación de la Magistratura en pleno barrio de Justicia. Es un proyecto ambicioso, pero muy ilusionante. Más que una tienda se va convirtiendo en un lugar donde confluyen arte, diseño y experiencia vital.

TL: Has mencionado varias veces la importancia de la escenografía en tus exposiciones. ¿Podrías contarnos más?
IG: Para mí la puesta en escena es parte esencial de la presentación de la obra. Utilizo papeles pintados, elementos arquitectónicos, guiños al urbanismo… Busco crear atmósferas inmersivas. Me gusta que el espectador entre en otro mundo. Referencias como el Panteón de Roma o París, la Ópera Garnier o diferentes palacios europeos están presentes, pero también escenas urbanas cotidianas. Me interesa esa tensión entre lo clásico y lo contemporáneo para crear algo atemporal.

TL: ¿Tienes algún proyecto artístico pendiente o reto por cumplir?
IG: Me encantaría diseñar la escenografía para alguna ópera, zarzuela, cine… Es un formato que me permitiría unir muchas de mis pasiones: arquitectura, historia, narrativa visual… Sería un nuevo reto apasionante.

“Si no disfruto trabajando, no tiene sentido”

TL: Has establecido conexiones importantes en el mundo del arte. ¿Qué papel juegan las relaciones personales en tu carrera?
IG: Las conexiones, en mi caso, han ido surgiendo a medida que he ido creciendo profesionalmente. Una cosa te lleva a otra. Muchas veces, los grandes cambios llegan de encuentros casuales. Recuerdo por ejemplo el diseño museográfico que hice recientemente para la Biblioteca Nacional. Surgió porque el antiguo director artístico de dicha institución, Ángel Martínez Roger, me contactó tras ver por Instagram el montaje que había realizado para mi exposición retrospectiva en Bilbao, que al parecer le encantó. Así surgió Palabras de viajeros, que batió récord de asistencia. Dedicarte al mundo del arte te abre muchas puertas apasionantes.

TL: ¿Cómo gestionas tu empresa artística en el día a día?
IG: La verdad es que no paro. Desde que comencé esta nueva aventura, diseño personalmente todos los productos y me encargo de toda la parte creativa y de producción. Cuento con un pequeño equipo de tres mujeres estupendas que me llevan las tiendas de Bilbao y Madrid, es un placer trabajar con ellas. Para mí es fundamental rodearme de gente maravillosa con la que disfrute trabajando. A pesar de los agobios y responsabilidades, si no disfruto, no tiene sentido. Tras la apertura de Madrid y con los numerosos proyectos que van surgiendo estoy valorando ampliar el equipo. Aunque soy de tomar riesgos, también me gusta ser prudente e ir creciendo paso a paso.

TL: ¿Qué retos enfrentas actualmente como artista?
IG: El mundo del arte está sometido a una presión constante. Hay que lidiar con lo administrativo, con lo comercial, con lo efímero. Pero sigo confiando en el valor de lo auténtico. Cada proyecto, cada exposición, es una oportunidad de crecer. Ahora mismo entre otras cosas estoy transformando con mis papeles pintados, para unos clientes, un nuevo restaurante vasco francés que abrirá a finales de septiembre en la calle Génova, 7 en Madrid.

“A pesar de la presión del mundo del arte sigo confiando en el valor de lo auténtico”

ignacio goitia obra
“Llegada a Madrid” y “En un salón de columnas”

TL: ¿Y cómo ves el futuro?
IG: Con optimismo e ilusión. Cada uno crea su futuro. En esta nueva etapa como artista y empresario estoy trabajando en más proyectos interesantes que ya te iré contando. Al mismo tiempo continúo diseñando nuevos productos de uso cotidiano inspirados en mis cuadros para los establecimientos de Bilbao y Madrid.  Me entusiasma también la idea de retomar la publicación de un segundo libro que recoja todo este recorrido. Del primero se está agotando la segunda edición pero aún se puede encontrar en mis tiendas.

TL: Para terminar, ¿alguna reflexión final sobre el arte y su papel en la sociedad actual?
IG: El arte no es solo estética: es memoria, es actitud, es pensamiento, es forma de estar en el mundo. Vivimos entre la tradición y la modernidad, y hay que conocer el pasado para no repetir errores. La belleza, como la historia, nos ofrece una brújula. Y el humor, por cierto, también ayuda mucho.

 

* IGNACIO GOITIA Art Store. 

Bilbao: Doctor Achucarro, 1.

Madrid: Plaza de las Salesas, 3

@ignacio_goitia_art-store

Últimas noticias

Subir arriba