Foto: Pepe Vieira
Rías Baixas. 43 kilómetros de costa, desde Pontevedra a O Grove. La “milla de oro” de los restaurantes con estrellas Michelin. A base de esfuerzo, dedicación, talento y entrega, cinco restauradores de la zona han logrado ser los mejores coleccionistas del mayor reconocimiento de la gastronomía.
De esta forma han convertido un emblemático tramo del litoral pontevedrés en un imprescindible destino culinario. Entre todos se reparten siete estrellas Michelin y dos estrellas Verdes, que se conceden a los restaurantes sensibles con la sostenibilidad.
Está situado en un enclave de cuento, en el más puro casco histórico de la ciudad. Iñaki Bretal, su laureado chef y alma mater de la marca, tiene muy claro que su objetivo es sacar “lo mejor del mejor producto”, basándose en la sencillez y sin olvidar nunca de dónde viene ni dónde está. Su filosofía de trabajo tiene tres puntos clave: 1º producto, 2º producto y 3º producto. Y ese producto es pescado de primerísima calidad.
La siguiente parada por la Milla de Oro de las Rías Baixas corresponde al primer restaurante de los cinco que consiguió la estrella Michelin. Según Pepe Solla, su propietario actual, “nos sentimos muy apegados a nuestro territorio, a nuestra despensa. Ella y la imaginación definen nuestros platos, nuestra manera de cocinar”. Ha bautizado sus menús degustación con artes de pesca, Trasmallo y Piobardeira, aunque reconoce ser muy de la tierra y que la huerta es parte fundamental de nuestras vidas.
Tiene dos estrellas Michelin y una estrella verde, que premia la sostenibilidad. Según su creador, “mi cocina es auténtica, racial y llena de significado. Va más allá de lo culinario y cuenta una historia con cada plato. Una experiencia única que te permitirá descubrir Galicia y sus orígenes”. Vieira ha viajado hasta la tradición para desarrollar una gastronomía propia, bautizada como «A última cociña do mundo», que rescata recetas y condimentos casi olvidados con una vocación de transmisión cultural.
Abrió sus puertas en 2005 en un edificio histórico de la céntrica Rúa Hospital. Define su cocina como “cocina gallega actualizada. Partimos siempre de los mejores productos que están a nuestro alcance, prestando especial atención a los mariscos y los pescados de temporada”. A ellos les aplican las técnicas de cocina más adecuadas, sin perder de vista la tradición y acompañándolos con los vinos del entorno.
Cerramos este recorrido por la Milla gastronómica de Oro de las Rías Baixas con un establecimiento muy especial. Porque Culler de Pau está estratégicamente situado con vistas al mar. Allí, Javier Olleros busca despertar los sentidos y conectarlos con las emociones. Su carta tiene continuos guiños a algunos productos, recetas y hasta conceptos fetiche: el verano es tiempo de pescados azules, de espárragos blancos, de guisantitos y de tomates.
El otoño, de setas y de humedad; el invierno, de caldos y de pucheros y la primavera, de una variedad impresionante de hierbas y brotes. Con todo ello, cada temporada es totalmente diferente a la anterior, interpretando un territorio y poniéndolo en valor a través de la creatividad y cocinando las estaciones.
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