Muere Claudia Cardinale, mito del mejor cine italiano
Era uno de los rostros más bellos y emblemáticos del cine clásico europeo y una leyenda viva de la época dorada del cine italiano.
Claudia Cardinale fallecía este martes en su casa de París a los 87 años. Rodeada de sus hijos y familiares más cercamos, la actriz italiana estaba alejada de las cámaras desde hacía más de una década. Huyó a Francia buscando la calma que no encontraba en Roma, donde la acosaban los fotógrafos.
Encontró la calma regentando un restaurante. Su último trabajo en el cine tuvo sello español. Fue en 2012, cuando rodó junto a Jean Rochefort la película El artista y la modelo, de Fernando Trueba.
Nacida en Túnez un 15 de abril de 1938, estaba considerada como una de las actrices más icónicas del cine europeo del siglo XX.
Nacida en una familia de origen siciliano en la entonces colonia francesa de Túnez, creció hablando francés, árabe y siciliano antes de aprender italiano. Su salto a la fama comenzó tras ganar un concurso de belleza en Túnez que le abrió las puertas de Cinecittà, en Roma.
Claudia Cardinale dio el salto al cine en los 60
En la década de 1960 se consolidó como una de las grandes divas del cine italiano gracias a su belleza mediterránea y su talento interpretativo. Trabajó con directores de renombre como Federico Fellini en 8½, Luchino Visconti en El Gatopardo o Sergio Leone en Érase una vez en el Oeste. Aquello le abrió las puertas de Hollywood, donde participó en títulos como La pantera rosa junto a Peter Sellers.
Claudia Cardinale supo encarnar tanto a mujeres fuertes y sofisticadas como a personajes vulnerables, destacando por su magnetismo en la pantalla. Fue considerada rival y contemporánea de otras estrellas italianas como Sofía Loren o Gina Lollobrigida, aunque supo construir una carrera propia marcada por su versatilidad.
A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosos premios y reconocimientos. Entre ellos un León de Oro honorífico en el Festival de Venecia, un Oso de Oro honorífico en Berlín y un Globo de Oro italiano a toda su carrera.
Tuvo dos hijos, uno fruto de una violación
Además de su labor cinematográfica, Cardinale se comprometió con causas sociales, especialmente en defensa de los derechos de la mujer, los homosexuales y los refugiados. En los últimos años ejerció como embajadora de la UNESCO.
En el plano personal, se casó en 1966 con Franco Cristaldi. Se divorció en 1975 y desde ese mismo año vivió con el director de cine Pasquale Squitieri. Tuvo dos hijos. El primero de ellos, Patrizio, fruto de una violación que sufrió en Túnez cuando tenía solo diecisiete años. Su hija Claudia nació en 1979 de su relación con Squitieri.
En su libro biográfico Mes Étoiles, en el que hablaba de sus relaciones con sus compañeros de profesión, Claudia Cardinale recordó que se negó entre risas a los requerimientos de Marlon Brando. Intentó seducirla en un hotel de Roma en 1967. Claudia reconoció que después se arrepintió.