De Cher a Joan Collins, cómo quitarte años con una buena peluca

Joan Collins, antes muerta que sencilla, demuestra que a sus 85 años de edad el cuerpo le sigue pidiendo guerra. Se ha colocado un albino pelucón, ha exagerado su ya de por sí excesivo maquillaje, ha escogido unos dorados pendientes king size, ha pintado sus labios de púrpura y se ha enfundado unos pantalones adidas para ser una de las estrellas de ‘American Horror Story: Apocalypse‘.

Es lo que tiene la edad, entre otras imprescindibles pertenencias personales, se te cae el pelo. Y eso es un problema, en especial para las mujeres, que lo combaten a fuerza de pelucas y postizos que aumentan de tamaño a juego con la personalidad de la interesada: cuanto más famosa, más volumen. No es el caso de Dolly Parton, que ha llevado siempre uno enorme para compensar sus senos, tremendos, a juego también con su talento. Ni tampoco el de Gina Lollobrigida, habitual usuaria por imagen. Y, por descontado el de nuestra Laura Valenzuela, bellísima y práctica, que siempre lleva una cuando viaja por cuestión de comodidad.

Punto y aparte para Cher, la reina de la extravagancia (curiosa palabra compuesta por un calificativo que magnifica, ‘extra’, y otro que denota pereza in extremis, ‘vagancia’). La diva de la escena, la música y el cine, es habitual consumidora del pelo postizo, que en su caso nunca la transforma en un champiñón y/o chanquete por aquello de la desproporción de la cabeza con el cuerpo. Mientras que a la mayoría las convierte en espermatozoides salvajes, Cher mantiene patrones. Excepto en su última aparición en la segunda parte de ‘Mamma Mia!’, donde para interpretar a la madre de Meryl Strep (69), abuela de Amanda Seyfried (32), y seducir a Andy García (62) se pone uno que rompe todos sus preceptos estilísticos, aunque le cae bien… a sus 72 años.

El aspecto de Collins le encantó (y le sigue encantando) a su actual esposo, el productor televisivo de origen peruano, Percy Gibson, que a sus 53 años se siente feliz de compartir la vida desde 2002 con una actriz que le cuenta todos los secretos de los rodajes de serie míticas en las que participó, como ‘Dinastía’ y similares, muy populares en los ochenta. A pesar de la fama de la actriz, asociada a su imagen de come hombres, sólo tuvo dos maridos previos, los actores Maxwell Reed y Anthony Newley, fallecidos ambos por causas naturales.

Las fotos que están circulando de Joan Collins con el nuevo y decolorado pelucón corresponden al rodaje del primer trailer de la serie, ya de culto, ‘American Horror  Story’, que sitúa a la estrella en Santa Mónica, elegante barrio de Los Ángeles, del que tiene que huir por un desastre nuclear. Lo hace con tres vecinos en un jet privado, donde todo va bien hasta que descubren que el piloto ha desparecido. El avión se estrella y el grupo aparece en poder de una escalofriante secta de estética victoriana llamada Outpost 3, que les impide salir al exterior por una cuestión de seguridad, preservar la contaminación, y donde se les preparará para remodelar un nuevo mundo.

Un arca de Noé, o una nueva versión de Adán y Eva, aunque con una multitud y un problema, porque una de las reglas más penalizada de la casa prohíbe absolutamente copular, cosa que preocupa mucho a Collins, es decir, a su personaje. Un papel por el que tuvo que pelear con la mismísima Barbra Streisand, estrella por cierto, ajena a las pelucas y postizos en su vida privada, afeites que no necesita a sus 75 años.