Harry y Meghan siguen buscando residencia estable en Los Ángeles. La llegada de estos nuevos inquilinos ha revolucionado el mercado inmobiliario de la ciudad y numerosos agentes sacan brillo a sus propuestas. La pandemia del coronavirus ha generado en el condado algo más de 1.200 fallecidos con poco más de 25.600 casos confirmados a día de hoy. Datos que convierten a la ciudad en una de las menos afectadas de todo Estados Unidos por densidad de población.
Cifras que se suman a los habituales atractivos de la región y que vienen a dar la razón a los que escogieron Los Ángeles para pasar un confinamiento que comienza a desvanecerse a medida que pasa el momento más duro de esta crisis sanitaria.
Como ya contamos en estas mismas páginas hace unas semanas, los duques de Sussex barajan un presupuesto cercano a los 14 millones de dólares para invertir en su nueva residencia. En las últimas horas gana enteros el atractivo de la pareja hacia la zona de Pacific Palisades. Se trata de una exclusiva zona de costa entre Malibú y Santa Mónica.
Fuentes cercanas a la pareja, citadas por The Sun señalan el interés de Harry y Meghan sobre una casa de seis dormitorios en esa región de California. La propiedad, cuyo precio rondaría los 13 millones de dólares, se encuentra muy cerca de las casas que poseen Tom Hanks o Ben Affleck.
Según relatan esas mismas fuentes, Meghan Markle quiere llevarse a su madre a vivir con ellos. Doria Ragland se habría convertido en una pieza imprescindible dentro de la estabilidad familiar de la pareja. En gran parte porque Meghan no confía en otra persona para cuidar del pequeño Archie cuando ella o su marido se ausentan del domicilio. La propiedad en cuestión reúne todas las características para que la suegra de Harry sea una más de la familia.
Una mansión de lujo que posee numerosas estancias repartidas en dos plantas. Con vistas al mar, cuenta con piscina y un amplio jardín privado. Cada una de las seis habitaciones tiene su propio baño. Y como viene siendo habitual en este tipo de residencias, cuenta con una estancia acondicionada a modo de cine privado. La propiedad se puso a la venta el pasado mes de septiembre. Su actual dueño es Steve Chasman, uno de los productores de la exitosa saga cinematográfica Fast and Furious.
*Foto principal: Gtres
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