(Foto: Heidi Merrick)
Los duques de Sussex han tenido un intenso fin de semana de actos sociales en Florida. Lejos de esconderse, como suele ser habitual en ellos, el príncipe Harry y Meghan Markle han reaparecido en varias citas relacionadas con los proyectos solidarios que apoyan.
Así, el viernes por la tarde la pareja asistía a un torneo de polo en favor de la organización benéfica Sentable. Una entidad creada en 2006 por el príncipe Harry que ayuda a niños africanos contagiados por VIH y sida.
El hijo menor de Carlos III participó incluso en el torneo. Un evento que sirvió además para grabar contenido para el nuevo proyecto audiovisual en el que está inmerso Harry con Netflix basado en este deporte que tanto le apasiona desde joven.
Meghan Markle apareció en Palm Beach estrenando vestido. Una creación en seda blanca de la diseñadora californiana Heidi Merrick con falda plisada, cuello halter y abertura en la cintura.
Un vestido de unos 400 dólares cuya demanda ha tirado abajo la web de la diseñadora. Lo combinó con unos zapatos de tacón en color nude de Aquazzura (695 dólares), el bolso a juego Crossbody de Valentino y unas amplias gafas de sol también de la diseñadora Heidi Merrick (215 dólares).
Como viene siendo habitual en ella, no escatimó en joyas. Para una mañana de polo, la duquesa de Sussex se decantó por su reloj Tank Française en oro de Cartier (unos 25.000 dólares), el brazalete Love Yellow de la misma firma (6.300 dólares), unos pendientes vintage de Chanel y una pulsera de la diseñadora de joyas californiana Ariel Gordon Maffei (5.500 dólares).
Ambos terminaron la jornada acudiendo a una cena benéfica promovida por el chef José Andrés en Miami Beach. Allí conversaron animadamente con el jugador de polo Nacho Figueras. Meghan Markle optó por un vestido negro asimétrico con cuello halter y mezcla de lana elaborado por St. Agni (unos 820 dólares). Se trata de un estudio de diseño australiano independiente fundado por Lara y Matt Fells en la localidad de Byron Bay.
Horas después, Meghan y Harry se dejaban ver en las cercanías del hotel en el que se alojaron en Florida conversando con un grupo de amigos. Para la ocasión la duquesa de Sussex eligió un atuendo casual en el que destacaron unas sandalias de Hermès, el modelo Oran, en tono claro valoradas en 600 dólares.
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