Foto: Gtres.
Hace poco más de dos años y medio que Kate Middleton fue nombrada princesa de Gales. En este tiempo apenas la hemos podido ver ejercer como tal, pues la baja de su enfermedad se lo ha impedido. Sin embargo, tras su reciente incorporación al trabajo, Kate Middleton ha dejado claro que quiere recuperar el tiempo perdido, e incluso podría revivir una histórica tradición que lleva más de 100 años dormida.
Según publica el diario The Times, Kate Middleton habría expresado su deseo de recibir la autoridad para otorgar órdenes reales. Un privilegio del que hizo buen uso Isabel II, que ahora disfruta su hijo Carlos III, y que hace más de 115 años no tiene una princesa de Gales.
Las órdenes reales son unos distintivos oficiales que la Familia Real Británica otorga a marcas o empresas para reconocer su calidad y mostrar que cuentan con el apoyo de la Casa Real. Así, éstas pueden lucir en el etiquetado de sus productos el escudo real como sello de excelencia y prestigio.
En sus 70 años de reinado, Isabel II entregó numerosas órdenes reales, conocidas como Royal Warrant. A su muerte, la monarca tenía otorgadas y vigentes más de 600 entre las que destacan la de Launer, su firma de bolsos preferida; el champán Bollinger; la marca de coches Jaguar Land Rover; las chaquetas Barbour; los chocolates de Nestlé; la firma de cosméticos Clarins; la joyera Cartier; o el hotel The Ritz London.
Ahora, Kate Middleton querría contar también con ese privilegio y ensalzar así las firmas en las que confía. De llevarse finalmente a cabo, esto supondría un éxito en ventas para todas aquellas marcas a las que la princesa decida entregárselo.
Y es que, desde que llegase a la familia real en el 2010, Kate Middleton ha sido la mejor influencer para muchas firmas. Recordemos cómo se dispararon las ventas del famoso vestido azul cruzado de Issa con el que anunció su compromiso con el príncipe William, por ejemplo.
Además, supondría todo un hito en la historia de la familia real, pues hace 115 años que ninguna princesa de Gales cuenta con este privilegio. La última fue la reina María, esposa de Jorge V, en 1910, cuando aún era princesa. Y es que en los años en los que Lady Di tuvo este título no le dieron el privilegio.
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